CONTIGO SOLO

No somos nada por nosotros mismos
y terminamos en la muerte propia.
Pediste tú que te pidamos ciertos
que nos amaste desde tus entrañas,
desde el eterno ser que no se muda.
Así al pedirte, el cielo de los cielos
nos da socorro en nuestra débil vida
Tú sabes qué te pido: lo que hiciste
en la familia:pido solo gracia.
Y te me acercas al pedirte, entonces
feliz ya soy anticipadamente.
Salva Señor lo que era tuyo ahora.
Pues más y más peligra nuestra barca.
Amigos tú nos llamas y discípulos.
Nosotros te hemos conocido ¡oh dicha!
delante de estas sierras que en la tarde
¡absorben tanta luz y nos contienen!
Tú sabes oh Señor cuanto agradezco
que vengas hoy a caminar conmigo.
¡Y sabes qué te pido para otros! 

VEN OTRA VEZ A PENSAR CONMIGO

Me preguntaba ayer cómo sucedió que tantos años de pensar uno hablando consigo mismo había convergido en la comunión con otros. Seguramente era obra tuya Señor que eres Verbo y nosotros participamos de tu pensar. Tú eres el autor de nuestro pensar.
Pero a la preguntar como sería ese pensar "con", cual sería la palabra que lo expresara pronto vinieron tres palabras paulinas: PARÁKLESIS, PARAMYTHÍA Y PARRESÍA. Ese "PARÁ" lo dice como estar junto y tanto sea llamar hacia sí como dar la realidad de su palabra (sorprendente que MYTHOS pueda tener que ver con realidad y lo tiene como res, asunto) como hablar en la intimidad y confianza.
Contigo y por ti tenemos lo que se expresa en estas palabras. Mientras esto ocurría en mí brillaba la dorada tarde y los árboles eran acariciados por tal suavidad. Esto espantó a quienes no habían escuchado aquello de Pablo: nuestra conversación es en los cielos. Se fueron a las cosas a obrar y dejaron el ser.
Así lo comprendía ayer y me quedé solo hablando contigo o buscando que vengas otra vez a caminar conmigo. 

PIDO EN TU NOMBRE

       Lloro Señor mis pecados
       porque me apartan de ti
       y me acosan los temores:
       son ejército de mil.
       Ocurre que me hallo solo
       porque no te siento aquí
       y me rodean las cosas
       ya que no puedo salir
       de muchos días iguales
       a un horizonte sin fin,
       como salió don Quijote
       sobre sereno rocín
       por aquel abierto campo
       una mañana abril.
       ¡Si me saliere de nuevo
       como aquella vez salí!
       En mi luminoso valle
       donde oía la perdiz
       y mil aves compañeras
       bajo mis cielos de añil
       que teñían mis montañas
       de un más espeso barniz,
       en soledades brillantes
       que de niño conocí.
       Peligra la que fue entonces
       mansa intimidad feliz.
       Si tú otra vez nos la dieras
       el comienzo sería el fin.

HOY ERES PARA MÍ

               ¡Qué vida que nos diste con tu muerte!

               Pues no era vida aquesta que moría

               y estaba sometida al Hado o suerte

               Si  el ser era en el mundo, que se abría,

               rompístelo en un grito y consumaste

               muriendo, nuestra vida y la exaltaste,

               resucitando: así todos nos fuimos

               contigo y ya no hay otro pensamiento

               sino que para ti y en ti existimos

               Es simple y es hermoso y yo lo siento

               hoy, mientras vivo en esta vida nueva

               que sólo sabe alguno si lo prueba.