martes, 26 de junio de 2012

¿JESÚS LE HABLÓ?











Me preguntaron una vez cuando dije que hablaba contigo si tú me contestabas y qué me dijiste. Yo narraba que te hablaba junto a un sauce del lecho del río y el alumno quiso saber qué me dijiste. Yo recuerdo que tú por de pronto me hacías sentir que estabas a mi lado y luego no te presentabas y me decías cosas que el ESPÍRITU SANTO de por sí me venía haciendo ver en tus evangelios desde hacía años. Tú simplemente me hacías querer más y más exponer el evangelio de la verdad mientras el Espíritu Paráclito me hacía amarte. Movías mi voluntad a hacer la verdad. Nada ya tenías que revelar y mucho debía yo hacer por ti en mi por la mostración de tu mismo rostro en mí en medio de las cosas de este mundo. Estabas conmigo y yo estaba contigo.
Si tuviera que contestar hoy diría: ese momento fui lleno de ti, estuve lleno de gozo y fui feliz. Mi infelicidad está en los prójimos. Ellos no te ven en mí o me rechazan por los espejos distorsionantes que el homicida coloca. Hay mucha distorsión y yo me siento en lucha con el enemigo como soldado tuyo.
¿Qué me dices tú hoy y aquí?



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