martes, 31 de mayo de 2011

ME ANIMO A RESPONDERTE

 Si me animo a responderte te estoy correspondiendo y entonces de veras te amo. Has dicho que así el Padre está muy cerca y  entonces hacen morada en mí. Esto es más impensable que cualquier cosa posible de conocer en la ciencia pero es lo más hermoso que pueda imaginar el arte. Ni lo pintó Miguel Ángel ni lo compuso Bach ¡Eres tú Señor, el Verbo, la Imagen del Padre quien lo ha estampado en mí alma! Y hoy esperas que te reciba y te dé posada. Aquí estoy después de haberme deslizado en la vanidad de los días, aquí estoy en el día eterno de tu Palabra que me traspasa el corazón. Acepto tu invitación a que yo te reciba  ¿Cómo es que tú me invitas a que yo te invite? A esto llega tu solicitud si me dispusiera a dejar que tú hagas una morada en mí. Y AQUÍ ESTOY SEÑOR como desde el origen te respondió el que dijo "sí", ante el cielo estrellado de la dispersión del universo cuando quedaron benditas todas las naciones por la descendencia.
    Experimento un gozo pleno al corresponderte respondiendo a tu inefable invitación, me siento viajando en una nave-hogar por la inmensidad y lo que es lo mejor:  siento que tú vas conmigo en este arca cerrada como la de noé. Voy navegando y tengo las palomas que envío a volar sabiendo que volverán a mí y tengo golondrinas que se deleitan en el vuelo de la vuelta ¡En mi hogar estás tú y el Padre! ¿Eso queda de la super trascendencia de lo que todos llaman Dios? No quiero pensar en ello, quiero gozar de tu presencia, simplemente, mientras la quilla hace música entre las olas del océano del ser. Me cubro con la frazada como un niño llevado por sus padres en un carro por el bosque ahíto del habitar. Digo gracias en silencio mientras me adentro en la espesura de este hogar pequeño donde te doy posada esta noche que se vueve profunda como el abismo y cálida en la intimidad misteriosa del hospedaje.
   Aquí estoy y me duermo acurrucado. Has querido morar en mi casa...

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