Nuestra vida pende de un hilo pero creemos lo contrario. Es una vida mortal que es como decir un agua que moja. Sin embargo obramos como inmortales y fingimos perdurabilidad.
Sucede que el ser obra en nosotros comprendidos en él. Y sentimos su fundamentalidad.
Frágiles somos biológicamente porque enfermamos pero no nuestro ser aquí.
Y nuestro ser se religa al ser y el ser es personal que sabe quiere y obra.
Él es un "quien" y nos elige antes de nuestra corporalidad cuya materia procede del cosmos.
Así el ser se devela como uno y otro quien. Hemos sido elegidos ante su rostros y para Él.
Obra Señor en quien está muriendo y llámala a contemplar tu rostro.
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