Señor tú
has dicho que vendrás muy pronto
Y muchos lo
necesitamos mucho
El mundo o
realidad nos seca el alma
Y quien lo
mueve en un sentido y otro
Captura o
paraliza mente y nadie
Te está
buscando a ti como el poeta
que diga: ¿adonde te escondiste amado?
Mi vida la
he pasado en el poema
Y siento
que el camino está cerrado
Y yo quizás
me encierre entre las cosas
Mirando y
compulsando lo que ocurre.
Te pido
libertad y que la cures
A aquella
mi enfermita cual milagro.
Pues muchos
ya tú has hecho que he admirado
Y yo debo
creer en tu palabra
Que pide
que yo pida y eso hago
Pues casi
yo no soy y mi existencia
Está como
flotando aquí en la nada
Sin ti yo
nada soy y así navego
En el
océano del ser en versos
Diciéndote
que estoy y conversando
Por no
morir muriendo y trascendiendo.
¡Ah, sí que
me deleita el dirigirme
A ti que
prometiste estar conmigo
Dejándome
tu Espíritu suavísimo.
Es sólo lo
que pido que me quites
Aquello que
lo estorbe pues es bueno
Sentir que
está conmigo: es lo excelente!
¡Ah cómo me
deleita tu palabra
En mí,
velando como las doncellas
Que esperan
al esposo en noche espesa!
Me quedo y
permanezco porque me amas
Y enciende
mi fanal el amor tuyo.
¡Oh gracias
mi Señor: lo trasmitiste
Por medio
del apóstol al que amaste
Y así del
nuevo amor, agape, canto
-ya tan
distinto al eros- mi poema.
Agape es
absoluto y permanece:
No dejes
que me olvide en los instantes
De nuestra
pobre vida que parece
Como el
candil morir y esfumarse.
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