Como he
dicho, si te hablo me estás ya cercano y no temo
y conservo
tus mansas palabras de hogar y morada.
¡Oh las
otras que escucho del mundo son paja que al soplo
de los
vientos se esparcen perdiéndose todas en nada!
Esto
quieren algunos filósofos sin la sophía.
Justamente
la nada de aquello que tú propusiste:
la morada serena
en tu Espíritu Santo: sus templos
fuimos
hechos y ahora desechos por mor de la santa
tolerancia:
no escucho que nadie mencione tal cosa.
No querrán
molestar a los fieles con Juan ni con Pablo.
Yo por mí
te suplico me libres de tales conceptos
si por ser
solidario me quedo sin ti y sin el Padre
en el
tiempo de ahora que estoy con temblores de muerte.
¡Oh mi
pobre enfermita rodeada de mundo encerrado!
Yo te pido
el milagro de vida mas otros mayores:
que te vea
a ti solo olvidada de lo otro aparente.
¡Oh qué
horror que me dan esas cosas que obstruyen tu vista!
Combatido
me siento por ellas pues ellas los ciegan:
yo no sé
cómo hacer ni qué hacer y me siento anulado
por la nada
de aquellas palabras de mundo tiranas.
Tú me dices
Señor qué he de hacer en mi siglo orgulloso.
Por de
pronto te ruego por ella y por otros enfermos:
Tú
preséntate allí en el alma rompiendo ese mundo
Pues
nosotros parece que ya hemos caído en sus manos.
No lo sé a
ciencia cierta te ruego que vengas y sanes.
Compañía
tenemos, comemos bellotas y hambreamos
y volver yo contigo hacia el Padre es mi tarde en las tardes.
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