EL FARO DEL FIN DEL MUNDO
a Peter y a quien lo dio a luz
Hay un lugar donde termina el mundo
y bien seguro que hay un solitario faro
donde sólo las olas repercutan
lanzando espuma sobre firmes rocas.
Y no las opiniones infinitas
con erupciones de Vesubios libres
que llenan con su lava las ciudades,
ruidosas retumbantes coloridas
Yo he amado el faro donde ya no llegue
el mar de las historias repetidas:
poder y éxito efímeras coronas
(“cuan pobres son las cosas tras que andamos
pues que antes que muramos las perdemos”)
y el sentimiento sólo corresponda
al horizonte, al mar iluminado
y vuele cual gaviota el pensamiento
haciendo pie en algún islote acaso
si aún no puede andar sobre las nubes
o en ese rayo nocturnal del faro
encima del rugido de las olas.
Es una cárcel este mundo altivo
y todos lo han creído de este faro
Y allí penales por castigo han puesto.
Mas son los hombres juntos los penales
con las malezas vivas de opiniones
que son verdades incesantes nuevas,
(de la verdad de largo pasan presto)
con premios añadidos, con honores
con ese andar hacia adelante ansioso
con ese tiempo sin eternidad:
ficción que llaman todos: realidad
Tras los barrotes de esa cárcel puede
aún verse el paraíso donde moran
los que salir, entrando, no quisieron
y son los faros hoy hirsutos, solos,
rodeados del océano infinito.
Se fue cerrando el mundo que es finito,
tablero de ajedrez, mas ya sin normas,
cambiando todo siempre y entre burlas,
y orgullo de la técnica , Babel
sin límites que se acelera a un cielo
construido y tecnotrónico infinito.
Luego infinito así contra infinito.
Mundo finito de infinitas cosas
contra infinito de únicas personas,
en tiempo pleno, no de calendario,
que es siempre, en calma, el mismo y nunca igual:
en la tierra, metáfora viviente
Yo libre aquí en la torre, Segismundo,
sin duelo meditando en el vacío.
Ya libre aquí sin escuchar motores
Sino la honda llamada de las olas
(pues desde niño me llamó Alfonsina
en aquel cabo Corrientes portentoso
adonde me llevó mi tía Irene).
Ya libre en los Nocturnos para piano.
Ya libre la nostalgia me arrebata
y el viento me recluye, sólo estrellas
se acercan con su luz en el silencio
Y entonces oiré a Santa Teresa
entrando en las moradas interiores.
El firmamento y ese mar terrible
me expulsarán del exterior inmenso,
adentro más adentro en la espesura
del alma más temible que el océano.
Adoro ya ese faro adonde el mundo
ya no posee señorío alguno
Aquí braman las olas y las nubes
pasan llevadas por espíritus o vientos
divinos Boreas, Cefiro, Noto o Euro
El alma que los sigue y que no tiene
anhelos se concentra en ese vuelo,
se extiende con la luz, se vuelve PNEUMA,
Y vuelve a recogerse con la noche
atravesada por la luz de espejos
que giran como el tiempo sin medida:
¡un hoy que es día o noche tenebrosa
sin más vecino que ese barco errante
atravesando densas brumas mientras
está creído que se avanza sólo
hacia el futuro del comercio insulso!
¡Y es hoy: es la tormenta, el camarote
la débil luz, la letra del poema
en donde estamos lo perfecto!
¡Horror sintió en Elea así el fenicio
del viaje hacia la casa de la noche!
¡Oh el quieto corazón de la ALETHEIA !
Persuade a quien le ha dado el pensamiento
del ser perfecto inmóvil uno y bello
y al camino innombrable sin poema
lo dejó y en confusa hilera al mundo
de meros nombres sin ideas claras:
que sólo se verán allá, en la Idea.
Belleza: proporción de proporciones.
Llegué a leer un día la eneada sexta
Y allí pude saber en lo Uno solo
que el día no es la fecha es hoy eterno
que con las cosas nos ha dado el Verbo
uniéndonos al ser que hoy es y ha sido
y nunca pasará porque el futuro
al Padre solamente pertenece
y nos lo ha dado: el cielo aquí en la tierra
según lo reza siempre el padrenuestro
instando a perdonar ya perdonado,
a amar al ser amado y a creer luego
en sí, pues soy persona, como un faro
que desde el fin del mundo inconmovible
saluda al navegante que está amando
y fijo ha estado en el amor que mana
de aquella fuente aunque es aún de noche.
Le mando y ya recibo sus mensajes
a través de los aires que son alma
donde hacen surcos haces luminosos
y espira el firme espíritu del viento.
Estoy sintiendo el infinito y veo
sin ver el ser que no es un algo: ¡es nada!
Pero una nada llena de presagios
prodigios de lo simple anticipados
de niños que presienten lo que habitan
Y aquí en la isla de este faro adquieren
rodeada de infinito y de horizonte
la plenitud del ser vacía y llena.
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