lunes, 5 de agosto de 2013

CONTRA LA TRISTEZA DEL INSTANTE

Buscando lo que tengo en un momento
que busco sea eterno hoy me hago alado
me elevo sobre tiempos que han pasado
y dejo que me lleve libre el viento.

Abrazo todo e intensamente siento
en tu presente, que hemos habitado
y habitamos, ahora devastado.
Más tu palabra clara me da aliento:

me llamas a tenerte en hospedaje
a ti que encierras todo en tu sustancia
(¡y no le rinden todos vasallaje

al rey de la humildad! desde su estancia
aquí, que ha sido como un bello viaje
creciendo como yo desde tu infancia).

Cuando viniste al tiempo se hizo eterno,
cuando eras como Dios un niño tierno.
Viniste a embellecer nuestra existencia
que estaba complicada en su inocencia
Entonces como un niño la volviste
preciosa y la pureza y paz le diste.
Es cierto que en el mundo a la tristeza
debíamos asumirla y fortaleza
nos dio el Espíritu con mano suave
Él dándonos ejemplo con el ave
de paz, de gozo, de ese libre vuelo
en el azul del inefable cielo,
volando nuestro espíritu en lo mismo

pues irrumpió la luz ya en el abismo.

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