viernes, 16 de agosto de 2013

HÁGASE TU VOLUNTAD

Señor si tanto me conoces sana
ahora y para siempre el alma
que es delicada como un lirio y gana
tu casa a fin de que te sirva en calma
de hogar con el Espíritu de vida
Yo siento que me salgo por la herida
o bien de aquel pecado o de la nada
que me rodea como un mar ennegrecido
y si no acudes y soy ya tu morada
se perderá lo que hice: es mi pedido
la tarde acompaña nuestro día
y el sol expande su aúrea melodía.

¡Qué suave mano y qué sutil la toca!
¡Y cómo en la memoria se levantan
las bellas ilusiones de esa roca
en “los Gigantes” donde santos cantan
la gloria anticipada! San Benito
me ayude a conservar el viejo rito.
¡Que a Claraval me arrimes a los míos
te pido! ¿acaso he de perder tus dones,
quedando estos lugares tan vacíos,
a manos de malignos y ladrones?
La misma tarde el mismo sol y cielo
la misma sierra e íntimo arroyuelo.



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