El mar Adriático en el aire puro
de aquella tarde cuando de Venecia
como feacio andaba muy seguro
aquel crucero que iba hacia mi Grecia
a sí coaptó mi alma que hoy respira
y a su través intimamente mira.
Todo lo veo muy más claro entonces
pues fui bebiendo de su azul vinoso
y fui teñido por sus claros bronces
y el mundo en esta tierra es más hermoso.
Tú mismo has encontrado este poeta
que te dibuje como bella meta.
Allá en el inefable mar Egeo
San Juan veía el cielo de los cielos
y Pablo ya dejó de ser hebreo
y son sus himnos los profundos vuelos
que suben hasta ti y por ti se bajan
alas que delicados cielos rajan
y nos dejan sentir dulzura espanto
por las batallas que nos hacen ellos
los que odian y odian solo al puro y santo
mas se disfrazan por afuera en bellos.
¡Oh desde niño tú me diste a Homero
y yo en la forma en verte fui el postrero!
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