lunes, 30 de septiembre de 2013

LAS TRES PALABRAS

Quisiera que hubiera otros
pero estamos solos
tú y yo.
Cansado estoy
ya muy cansado de discutir teologías.
Las simples bellezas que me das cada día
valen por mil disertaciones.
Las hojas que brotan y las pocas flores
que tengo en mi jardín 
valen más que cien reuniones
donde se habla de tus cosas.
¿Se habla de ti acaso?
Y tengo pocas flores y poco sé de ellas
pero poseo bastantes razones.
¿Qué si no te tengo a ti?
No te siento presente porque no te busco
en las brisas que mueven las devotas ramas
bajo la constancia de estos árboles santos.
No sé qué me impide llegarme a tu cercanía
en las tardes y mañanas del paraíso.
Aunque lo sospecho:
es el maldito futuro,
es el engaño del enemigo seductor.
No hay nada allí,
es una palabra que no hace pie
es un vuelo sin alas
es un anhelo de cosas que nada resultan ser.
Porque tú eres hoy
y las cosas no son fuera de ti
ya que son en ti y para ti.
Basta ya de mirar hacia lo que no es:
tú eres y me hablas
las flores  primaverales que son efímeras
sin embargo en nada tienen su corta existencia
¡ellas florecen y son en la belleza que es eterna!
Tráeme a tu día Señor de la gloria
desde mis días vacíos
y llenos de tantas cosas.
Si me traes a tu cercanía
tendré paz en la PARAKLESIS,
PARAMYTHÍA Y PARRESÍA

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