lunes, 9 de septiembre de 2013

REINA DE TODO LO CREADO

¡Oh madre cuánta gracia vi en el cielo!
Discípulo de Esteban, que vio el claro
abierto ante sus ojos. Si fue raro,
profético, no fue sino el consuelo

de quien lo vio en la fe y después en vuelo
vio al Hijo y tuvo en el martirio amparo,
de mártires primicia, prenda y faro.
¡Oh madre cuánta gracia vi en el suelo!

Cual reina, allí, yaciendo y contemplando
al niño, que en los brazos sostenías
y lo adorabas, doblemente amando.

Pues era tu hijo y Dios a quien veías
y estás así sobre ángeles reinando
sin hiato en cielo y tierra do yacías.


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