NOS TOCASTE EN LA CARNE

No puedo respirar con la pureza de antes
cuando una vez y otra conmigo te sentí
en días de mi Villa gloriosos de diamantes
de plenitud sagrada donde feliz me vi.

Es claro no te muestras y en noche me has dejado
sin triunfos y en fracaso y hundido en el temor
luchando inútilmente a mi ilusión atado
mostrando que es la nada lo que hay en lo exterior.

Pues todo se disipa y se cae de las manos
si oímos las historias de lo que sucedió
a tantos hombres buenos que en tantos tiempos  
                                                                 vanos
el odio y la ceguera atroz martirizó.

Es arduo que creamos al ver tanta matanza
me pongo yo a tu lado te veo solo en cruz
sintiendo ajusticiado aún desesperanza
quitándote la gloria tú mismo que eres luz.

Me sacas de los gustos que daba tu presencia
para que así comparta algún simple dolor
y que fracase en cosas que daba tu asistencia
mas no me falta amarte ¡me estás dando tu amor!

Y clamo por quien sufre y pido aquí a tus santos
que pidan por enfermos que aún deben sanar
por tu misericordia que aquí ha sanado a tantos
que tú tocaste entonces en tu bendito andar.