Las nubes
llevan tras de sí la vista
cuando
navegan por abiertos cielos,
cordilleras
preciosas en sus vuelos
que hacen
que el mundo inteligible exista
para el
niño y el joven que en la lista
están de
los filósofos con celos
de las
ideas, puestas como hielos
quieren que
solo reine el realista.
Y así es
tirana ahora la ignorancia
acerca de
la esencia y la existencia:
lo accidental
quedó sin la sustancia
y es más
que nunca sola ella la ciencia.
Al hombre
matarán desde su infancia
privándolo,
Señor, de su inocencia.
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