domingo, 4 de marzo de 2012

EL NIÑO EN PRIMER GRADO

Dije Señor ante una foto que me colocaron con mi nieto el primer día de clase de su primario:

Primer día de clase de este nieto: lo valoro como un acontecimiento absoluto, es decir fuera del tiempo medido por el superficial calendario. Tiene un valor por la educación en sí misma, por el corazón de niño que tiene que hacerse PRINCIPITO y no monstruo tecnológico. Es para mí un desafío mientras viva colaborar para que vaya en sentido contrario adonde lo quieran llevar: a nuevas y sofisticadas formas de masificación (mas allá de la célebre rebelión de las masas), sobrepuestas a la persona que, todavía, se ve en la foto.
Todavía un dios puede salvarnos, dijo débilmente Heidegger ANTE EL AVANCE DEL ATONTAMIENTO PARA LO SAGRADO, QUE ES LA PERSONA DESTINADA AL SER DE DIOS.
Hago votos para que el fin de mi nietito sea como el comienzo que estamos viendo: ¡que conserve ese rostro, espejo de su persona! Persona no es igual a personalidad. Es el rostro que Dios ha creado a su imagen.
Quien escandalice a uno de estos pequeñitos…
Así veo Señor la diferencia entre las personas y las cosas. El sistema de las cosas hechas para utilidad de los hombres va deformando el elemento donde la persona se hace visible. Allí donde podemos escucharte a ti mismo que nos dices: YO SOY QUIEN CONTIGO HABLA. La samaritana de golpe ingresó a ese claro para que nosotros podamos saber que tú al hablar nos haces persona, como este niño que ingresó a primer grado.
Parece dificilísimo mantener la persona en la espesura del mundo y sus negocios. Además esta el príncipe de este mundo al cual nadie seriamente considera ¿Quedará fe sobre la tierra? Fue tu pregunta. A mí sí guárdame del maligno y haz que mis prójimos escuchen tus palabras finales al Padre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario