martes, 20 de marzo de 2012

SER PERDONADO EN LA MEDIDA EN QUE PERDONAMOS

Señor, esto sí que es más difícil que creer en Dios. Pero es tan perfecto como un círculo: el de la verdad. Y nadie podrá rechazarlo salvo el hombre de mala voluntad que dijera: yo no necesito ser perdonado. El círculo cierra perfecto y ante la probable discordia nos enseñaste a pedir:

  PERDONA NUESTRAS DEUDAS COMO NOSTROS PERDONAMOS A QUIENES NOS DEBEN
Y lo ilustraste con una parábola. Dada nuestra debilidad y nuestra  condición de tentados ¿Por quien? Nadie lo quiere admitir a pesar de San Pablo y San Juan, dada nuestra condición nos haces pedir

   Y NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN
   Y LÍBRANOS DEL MAL

El mal nos rodea dice tú y el mundo se ríe y dice: está en tí el poder del bien y del mal. Pero tú nos lo haces pedir al vencimiento del mal como el pan de cada día. Ahora el hombre frunce el ceño y arruga la nariz diciendo:¿qué mal? Está dicho y para quienes tienen oídos.
OH PADRE ¡LÍBRAME DEL MAL! ¡OH HIJO VEN A AYUDARME! OH ESPÍRITU SANTO LLENAME DE TÍ!

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