miércoles, 7 de noviembre de 2012

ENTRE LAS AZUCENAS OLVIDADO

Todos hablan de justicia y se pelean por imponerla o por exigirla. Más y más marchan. Y sobre todo hablan, opinan, se indignan. Todos nosotros somos así desviados por aquel que nos hizo probar el fruto de la ciencia del bien y del mal con sofismas que todos los día se propalan. Una es la respuesta del santo: dejar que tú vengas a Él Y OBRAR EN CONSECUENCIA.
Uno escucha el hablar y hablar exigiendo derechos de hacerlo. Bien, pero cuando hablamos no te escuchamos a tí que eres el Verbo, la Palbra del Padre. Dije en versos perdidos: HABLA HABLA TÚ SOLO QUE YA NO QUIERO OIR OTRAS PALABRAS.
¡Oh Señor no lo hago por religioso católico: lo hago porque tú eres Palabra que quiere morar en mí, ser recibida o correspondida! Sería torpe que siendo así en el ser donde la Palabra habla de interioridad y morada que yo quisiera lanzar mis palabras buscando reivindicaciones mundanas. Yo podría decirte: Señor nopermitas tal o cual injusticia, Señor no dejes que mis hijos pequen o no te acepten pero si no me admites en el sosiego del habitar no puedo escuchar LA PALABRA DEL SER QUE ERES TÚ y me hundo en la nada de las habladurías que en la sociedad técnica se han multiplicado como se multiplican los problemas materiales.
Si me abandono a ese no querer queriendo toda ciencia trascendiendo ya estoy otra vez en camino. Juan de la Cruz me llevó desde joven y lo estoy dejando de lado. Él me hizo así: leer su CÁNTICO y sus Canciones.
Ahora hay azucenas y yo no me hago perdidizo para ya tenerte escuchando con devoción la PALABRA DEL SER HOY. Si hoy escucharás su voz no endurezcáis los corazones.

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