jueves, 1 de noviembre de 2012

NO ME CANSO DE REPETIR LO MISMO

Ahora en esta noche es siempre el ser que es su ser, es Dios. Y pasan los días y las noches y vuelve todo a ser igual. Mas tú Señor, tú eres hoy y puedo decir como Juan de la Cruz: eres mío. Por ello he sido feliz mientras lo enseñaba y antes cuando vivía en soledad. Con lo que no puedo avenirme es con el mundo de los hombres que cambia y parece cada día más amenazante conforme el relativismo por necesidad se expande. Porque el absoluto está en la voluntad de Dios, de la Iglesia protectora con la gracia y del derecho procedente de la razón. En la pura naturaleza vacía de hombres en sociedades o en Dios mismo que dice ya en cercanía: YO SOY QUIEN CONTIGO HABLA. Afuera estará el llanto y el crujir de dientes después de la indiferencia presente y de la mediocridad de las opiniones.
Hoy es el día de la armadura de la fe de San Pablo. Siempre he enarbolado esta advertencia sin ningún resultado más que un fruncimiento de nariz de los hombres firmes en lo débil: las opiniones.
Me fortifico diciéndote Señor lo que tu nos inspiras en medio de esta noche de la existencia. Es raro, todo muy raro, es la noche oscura.

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