martes, 6 de noviembre de 2012

EXTRAÑO LO QUE TENGO

La tarde avanza hacia el ocaso. Siempre había sentido plenitud en ello pensando quizás que a la vuelta de la esquina poseería aquello que me movía a caminar. Eras tú que venías conmigo y eras tú hacia adonde iba en el HOY. No debo olvidarlo porque lo demás son cosas útiles o agradables. TU HOY ERES PARA MÍ y esto constituía mi felicidad o plenitud mientras caminaba por las calles de estudiante o de profesor. Y entonces iba lleno de las cosas del estudio: Aristóteles, San Agustín, Santo Tomás, Heidegger y sobre todo Boeder, que ordenaba todo lo pensado y transparentándolo. Pronto Boeder se irá y yo me pondré en fila para seguirlo ¿Adónde? A tí en quien estaba ya y que era lo que me hacía pleno en el camino. No enseñar más, sí, me da pena y lo veo como muerte. Es cierto que siempre pensé en poner una escuela como EPICURO y con más razón aún pudiendo comunicar tanto más. En eso estoy Señor: en seguir a tu lado y pedirte que

OTRA VEZ VENGAS A CAMINAR CONMIGO.

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