Tu dices
que el pan coma y tome el vino
pensando en
esa noche, íntima cena
do el
tiempo se hizo eterno en gracia plena
y
edificaste allí el hogar divino.
En parresía
humilde de vecino
sereno hoy
me remanso ya en tu amena,
terrestre,
cercanía en gloria buena,
en la
verdad del ser, por buen destino.
¡Qué hogar,
qué intimidad nos has mostrado!
Has puesto
el fin en torno de una mesa,
habiéndonos
en paz purificado,
el convocar
personas es tu empresa
e invitas a que vaya ensimismado
adentro ¡y
tu amistad recién empieza!
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