Hace una semana escribí esto: MÁXIMAS PALABRAS
Estamos en jueves santo. Te acercaste a nosotros con tus
palabras de tal manera que nada quedó por decir. Quedó por cierto la teología
para disputar y la filosofía para saber. Mas tus palabras me dicen todo lo que
puedo desear. "Me voy y vuelvo. Os preparo las moradas en la casa de mi Padre.
Donde yo estoy estaréis vosotros". Y te pusiste como camino y revelaste que eres
no una cosa sino la verdad. Y nos diste la vida, es decir te entregaste a ti mismo.
Precisamente realizaste hoy el memorial de tu muerte y de tu resurrección y
expresaste claramente que eres el pan de vida. Dibujaste con detalle tu morada
en cada uno que te amara y guardara custodiando tu palabra. Anunciaste la
transfiguración de cada uno por medio de tu manifestación desde el interior.
Para ello debías pasar por las tristezas y los dolores más acerbos.
No es mucho Señor que
hoy tenga una tristeza acomodada a mi pequeñez. Lo que sí te ruego es que no
pequen aquellos que tú mismo me has dado a custodiar. Veo que quieren salir
pero compruebo cómo aquél pone obstáculos, el homicida.
Tú has vencido al mundo y su príncipe ha sido echado fuera.
Cuida pues de quienes están bajo mi alcance y por supuesto de tu Iglesia que
debe resucitar contigo muriendo, como se recuerda mañana, viernes santo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario