viernes, 12 de abril de 2013

RAIMUNDO LULIO RUEGA POR MÍ

Tu palabra se ha hundido como flecha en mi corazón narrada por San Juan. Debo reelerla para escucharla. No es una lectura que me significa cosas. Eres tú mismo en mí que me hablas. Y ello me es vida eterna, es decir verdadera. No son percepciones eres tú mismo que me das la luz para ver la esperanza, la fe de lo que espero. Y entonces puedo decir que te recibo y te amo con mi pobre capacidad de amar. Si tú medieras que te ame también podrá amar a los otros ¡Que flojo de amor es que ando! Y paso los días sin amar ¿Cómo vivo? No vivo vida eterna entonces si no recibo tu amor que me estás dando. Pasa de largo el amor porque no estoy aguardándolo ni guardando tu palabra.
¡Sácame de este peligro! Y además: hazme rezar por quienes veo que tanto te necesitan. Al rezar los amo y pierdo la incertidumbre y el miedo.
Hoy rezo para que rece y al rezar haga entrar y entre yo al arca a mis prójimos. Hay mucho peligro afuera.
Hablo contigo y me avergüenzo de no vivir para ti clamando por tu amor, como aquel Lulio, mi ascendiente mallorquín.

No hay comentarios:

Publicar un comentario