Aquí Señor estoy no me abandones
Es de mañana bajo el azulado
cielo, por sierras mágicas cercado,
pletórico tesoro de tus dones.
Es una ermita: todas bendiciones
que invitan a buscarte y ya a tu lado
a andar adentro así beatificado,
unificando tú mis emociones.
¡Oh paz! Los algarrobos y los talas
la beben y los tordos en los pastos
dorados en la tarde ¡cuántas alas
en este cielo de horizontes vastos!
Y el hoy y tus palabras que me llaman
a ser contigo en estos días fastos.
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