Mas cerca que las cosas en disputa estás tú y yo que no sé aún quien soy: estoy junto a tí. Ardía mi corazón cuando ibas a mi lado sin conocerte y desde que te conocí al partir el pan te sigo en el misterio de la piedad, de la cercanía invisible del sacramento que nos da vida eterna.
Y debo repetir que experimento el gozo de la paz de tu presencia en el hoy que nos has regalado en la pascua de resurrección y para la cual somos muy duros en el reconocimiento.
Si llegáramos a ser niños entraremos en tu reino como quien cree sin racionalismo histórico o científico, como quien siente en la simplicidad y la pureza, como quien recibe del Padre su alimento y amparo. Miguel de Unamuno escribió un poemita que concluía: hazme como un niño para que pueda entrar, me he hecho grande muy a mi pesar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario