Sabes Señor que yo al hablarte siento
que no me oprime el mundo que está fuera
del paraíso o patria verdadera
en donde vuela el libre pensamiento.
que lleva a quien habita en el aliento
de la palabra: dulce primavera
del Santo Espíritu, sutil, ligera
que nos empuja a un nuevo nacimiento.
Sufro Señor por ellos tan cercanos
que viven entre alegres apariencias
de la caverna y sus reflejos vanos,
deploro esas grotescas excelencias,
de quienes has formado con tus manos
que olvidan del hogar las experiencias.
Tú te has revelado y poco les importa. No ven necesidad en tu presencia pues ve el mundo como algo maravilloso. Por más que las noticias electrizan y la muerte y la enfermedad seriamente comprometen la alegría vana. La oración nada les dice porque no ven la deficiencia ontológica de la existencia. Tu ser nos cubre y nos sentimos inmortales pero en un sentido mundanal: inutiizamos el don. Como si el mundo no fuera lo pasajero, el río de Heraclito.
En mis prójimos no se nota todo lo visto y enseñado y poetizado sobre el tiempo circular, o pleno. El hogar es lugar de vida como el shoping o la estación de servicio. Insistí mucho Señor en el tiempo pleno, en la plenitud del hogar, en el sentido del movimiento como el del río océano que va hacia su origen (ver mi poema ACERCA DEL AMOR), en que adelante no se va a ningún lado y los veo a los míos en FACEBOOK y mi corazón se sumerge en el dolor de los salmistas y de los profetas.
Tú sabrás Señor como salvarlos. Yo me siento rodeado por todos lados, mas cuando me vuelvo hacia tí y te contemplo todo se vuelve un paraíso. Y grito Señor al mundo por la íntima alegría de tu Espíritu que es el Señor vivificante que empuja mi deficiente ser aquí rodeado por la nada y me hace nacer de nuevo.
Ellos Señor deben ser atraídos por el Padre celestial y para ello rezaré un millón de padrenuestros mientras voy aún por el camino y trataré de no leer el FACEBOOK.
que no me oprime el mundo que está fuera
del paraíso o patria verdadera
en donde vuela el libre pensamiento.
que lleva a quien habita en el aliento
de la palabra: dulce primavera
del Santo Espíritu, sutil, ligera
que nos empuja a un nuevo nacimiento.
Sufro Señor por ellos tan cercanos
que viven entre alegres apariencias
de la caverna y sus reflejos vanos,
deploro esas grotescas excelencias,
de quienes has formado con tus manos
que olvidan del hogar las experiencias.
Tú te has revelado y poco les importa. No ven necesidad en tu presencia pues ve el mundo como algo maravilloso. Por más que las noticias electrizan y la muerte y la enfermedad seriamente comprometen la alegría vana. La oración nada les dice porque no ven la deficiencia ontológica de la existencia. Tu ser nos cubre y nos sentimos inmortales pero en un sentido mundanal: inutiizamos el don. Como si el mundo no fuera lo pasajero, el río de Heraclito.
En mis prójimos no se nota todo lo visto y enseñado y poetizado sobre el tiempo circular, o pleno. El hogar es lugar de vida como el shoping o la estación de servicio. Insistí mucho Señor en el tiempo pleno, en la plenitud del hogar, en el sentido del movimiento como el del río océano que va hacia su origen (ver mi poema ACERCA DEL AMOR), en que adelante no se va a ningún lado y los veo a los míos en FACEBOOK y mi corazón se sumerge en el dolor de los salmistas y de los profetas.
Tú sabrás Señor como salvarlos. Yo me siento rodeado por todos lados, mas cuando me vuelvo hacia tí y te contemplo todo se vuelve un paraíso. Y grito Señor al mundo por la íntima alegría de tu Espíritu que es el Señor vivificante que empuja mi deficiente ser aquí rodeado por la nada y me hace nacer de nuevo.
Ellos Señor deben ser atraídos por el Padre celestial y para ello rezaré un millón de padrenuestros mientras voy aún por el camino y trataré de no leer el FACEBOOK.
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