viernes, 30 de septiembre de 2011

ARGUMENTUM NON APARENTIUM

       Parece que estuviera argumentando. Sí: es una mostración de Tí en mi, tal cual lo dices antes de partir de vuelta al Padre. No te muestras al mundo que ama lo suyo y odia a quienes pretenden abrir el cielo, como a Esteban y apareces en nosotros en misterio. Vida gozosa en el misterio sacramental. Quizás Pablo esté aludiendo a la fe que es de cosas futuras en su definición: SUSTANCIA DE LAS COSAS QUE SE ESPERAN Y ARGUMENTO DE LAS QUE NO APARECEN. Juan en cambio pone tus palabras de la manifestación tuya en quien de nosotros se atreva a amarte, es decir a recibirte, a responder a tu mansa pregunta: ¿me daréis posada?
       Dijiste: QUIEN ME AMA, YO LO AMRÉ Y SERÁ AMADO POR EL PADRE Y ME MOSTRARÉ A ÉL YO MISMO. Que Tú harás en nosotros tu aparición:¡cuantas veces lo he repetido sin que acuse recibo aquel con quien lo compartí! Pero evidentemente se trata de tú y yo, de mi yo que será para tu mostración develación de la persona. Tú en mí: toda una invitación final que nos atañe, después que nos has dado el mandamiento del amor mutuo. Ahora antes de partir se trata de tí y de mi. Yo no sé quien soy y tú te mostrarás en mí y lo veré.
       Te digo la verdad Señor y tú la sabes pero el decírtelo ya es pedirte. Estoy decidido a que sin demoa esto se cumpla: hasta ahora estuve ocupado en mostrarte en todo y además jaqueado por el adversario que por esto rabia y me hace rabiar. Sigo queriendo que ocurran cosas bellas que no interesan a los protagonistas. Todo te lo entrego, todo lo que si pudiera debiera cansarte. Ahora que se cumplan estas palabras que tanto he acariciado del capítulo catorce de San Juan. Te recibo Señor, ya no quiero las cosas ni los acontecimientos que se escurren. A TÍ SEÑOR SOLO QUIERO. Como escribió Agustín:  IAM VOLUNTATEM SOLAM HABEO. El reino es que tú domines, reines, y lo demás añadidura. SALVA a mis prójimos y VEN SEÑOR.
        Termino pidiéndote con ansiedad cuando en verdad tú estás conmigo pero no yo contigo. ¡Cómo si no  hubiera experimentado tu compañía! ¡Cómo si hoy mismo no te hubiera sentido en la capilla solitaria! Mil veces prefiero esa hora a todas las horas. Algo oprime: ¡libranos del mal!

No hay comentarios:

Publicar un comentario