Me doy cuenta Señor que todo lo que poseo y he poseído me lo ha dado el Padre en ti. Así me tomo todo y lo amo aunque hay en la historia del mundo mucho que causa dolor acerbo. En el conjunto es bello decía Agustín. Una gran discusión que sin embargo se libra entre quienes están separados por un abismo: la inmediatez de los hechos por un lado y la reflexión espiritual y el misterio por el otro.
Quienes sabemos que en ti hemos sido creados para ti que vas al PADRE y nos haces hijos suyos vemos en los hechos, no a ellos mismos como sustanciales, sino como signos de la historia del ser. Hemos sido crados en ti antes que el mundo fuese. Nos hallamos es cierto en el mundo de los hombres por un tiempo pero nuestro tiempo es contigo y en ti. No tenemos ser sino en ti. El tiempo del mundo por real que les parezca a los hombres no cuenta con cada uno más que por poco y aún antes de morir lo perdemos y él nonos cuenta ya más.
Pero esto nos pone en tu presencia. Nuestro ser nos apremia. El amor nos apremia que nos personaliza y nos pone en la presencia del Padre y sobre todo a tu lado y tú estás a su lado o "hacia Él". Los hechos se desvanecen y tú permaneces en el amor del Espíritu Santo. Esto lo sé y al decirlo lo siento.
Pero recuerdo momentos donde lo sentía ya que lo debía decir a mis alumnos. Eso me falta y también la cercanía de los que me diste. ¿Mas qué me falta si tú estás conmigo?
Es como si dijera: estoy en "mi ser" y no en mi "no ser". Todas las cosas son para mí y yo para ti y tú hacia el Padre.
Quienes sabemos que en ti hemos sido creados para ti que vas al PADRE y nos haces hijos suyos vemos en los hechos, no a ellos mismos como sustanciales, sino como signos de la historia del ser. Hemos sido crados en ti antes que el mundo fuese. Nos hallamos es cierto en el mundo de los hombres por un tiempo pero nuestro tiempo es contigo y en ti. No tenemos ser sino en ti. El tiempo del mundo por real que les parezca a los hombres no cuenta con cada uno más que por poco y aún antes de morir lo perdemos y él nonos cuenta ya más.
Pero esto nos pone en tu presencia. Nuestro ser nos apremia. El amor nos apremia que nos personaliza y nos pone en la presencia del Padre y sobre todo a tu lado y tú estás a su lado o "hacia Él". Los hechos se desvanecen y tú permaneces en el amor del Espíritu Santo. Esto lo sé y al decirlo lo siento.
Pero recuerdo momentos donde lo sentía ya que lo debía decir a mis alumnos. Eso me falta y también la cercanía de los que me diste. ¿Mas qué me falta si tú estás conmigo?
Es como si dijera: estoy en "mi ser" y no en mi "no ser". Todas las cosas son para mí y yo para ti y tú hacia el Padre.
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