jueves, 20 de junio de 2013

HOY ERES DESDE SIEMPRE

Eras tú quien estabas en mi niñez acariciando mi alma y al sentirme me hablabas suavemente de las cosas que veía: "todo esto es lo poco, que hice para vosotros" Y veía plátanos y paraísos y calles y vida por delante, padre, madre, tías, escuela y más allá el mundo del cual poco comprendía pero que `presumía responsable aunque no lo era. En ese entonces los barrios de mi ciudad estaban traspasados por el tango y por ende por la poesía popular. Pero tú me hacías ver y sentir y te sentía aunque no pensaba en ti. Creo que tú me amabas como un niño y aprendí no sé cuando el Padrenuestro y el Padre me amaba. Pero yo gozaba de las estaciones y juegos aunque el mundo se agitaba desde lejos. Cerca estabas tú: ¡más cerca que yo mismo!.
Fui creciendo y hasta el pecado me quedaba más lejos que yo mismo donde tú hablabas acariciante. Creía yo que el mundo me ofrecía algo valioso ¡y eras tú!. Fui creciendo en eso pequeño: deporte, calles arboladas, poemas españoles, comedias de Shakespeare y el Quijote mientras el mundo se acercaba con su injusticia constitutiva ante mis ojos. Y TÚ NO APARECÍAS, PERO EN MÍ ¿QUIEN SINO TÚ HABLABA? Y digo así porque nada impedías de mi obrar. Claro, debía bastarme la dulzura de tu luz en mí. Y pasé la adolescencia y apuntó mi juventud y entonces al escuchar la belleza de Platón el mundo en que creía se resquebrajó y vi el mundo inteligible y salí a mis sierras procurándome una apacible soledad eligiéndome tú una esposa. Y allí fue todo. En aquella armoniosa nada de mundo te hallé¨

                                       YO SOY QUIEN CONTIGO HABLA

Los árboles se estremecieron, aquellos que yo mismo había plantado y habían brotado ante mi admiración. Y fuiste apareciendo más y más en mi por tu palabra que guardaba como un tesoro descubriendo que habías sido tú quien me estaba hablando. Y leí con gozo en la Filosofía de Tomás de Aquino, doctor común de la Iglesia, qué es Dios y quien es y como creó por su bondad infinita todo y cómo se vuelve hacia Dios por el Hijo de Dios encarnado que eres tú. DIOS PRINCIPIO, DIOS FIN Y DIOS CAMINO.
Y tú seguías allí con el Señor Vivificante tocando suavemente mi pequeñez. Todo el pensamiento se articulaba por obra de un nuevo Aristóteles, Hegel, Tomás de nuestra época. Y así sigo hasta ahora:
                                       en tu HOY.

No hay comentarios:

Publicar un comentario