Tú viniste y dejaste establecido el reino de la paz y sin embargo lo pides al Padre en la oración dominical lo que has establecido de forma inefable. Lo digo a viva voz: tu reino está en tu presencia para quien la quiere y te da posada y tambien está en el corazón de muchos hombres que sienten tu bondad. Ocurre que nosotros no estamos donde tú estás y no creemos que nos has llamado amigos. Ocurre que no ejercitamos la fe y nos perdemos la relación contigo que te has hecho cercanía. Obstáculos que se llaman pecados que tú deberás sacarme para que VENGA TU REINO y
SE HAGA TU VOLUNTAD EN LA TIERRA COMO SE HACE EN EL CIELO que es la del Padre que te envió a hacerla. Si se hiciera en mí tu voluntad el cielo reposaría en la tierra y todo se volvería un paraíso. Creo haberlo visto en el claro de mi valle delante de estas sierras. Y tus manos han tocado este corazón invisiblemente. Ahora te pido que me des el PAN que nos has dado con el perdón y el vencimiento de la tentación y del mal. Aprieta el mal en todo.
PERDÓNANOS NUESTRAS DEUDAS COMO NOSOTROS PERDONAMOS. Si no nos asistes aquí poco podemos hacer desde nuestra finitud o parcialismo. Si no impides que NO CAIGAMOS EN TENTACIÓN tendremos que pedirte QUE NOS LIBRES DEL MAL. Es seria la situación y se banaliza en el mundo como todo. Que nos libres del mal ¿no será lo mismo que decirte que nos libres del mundo?
Por eso te pedimos que SE HAGA TU VOLUNTAD y seamos CELESTES en la TIERRA.
Nada de esto pudimos inventarlo nosotros: TÚ NOS ENSEÑASTE A PEDIRLO y a pedir en tu nombre al Padre. Y nos dijiste que tú mismo lo harás.
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