Cuanto más me acerco a tí hablándote mas se alejan las cosas de la sociedad humana como sistema y si hallo algún hombre más lo veo como persona. Cuanto mas me alejo de ti se me pegan las cosas y se borronea mi persona, mi intimidad y la realidad o sistema me encierra como en cárcel. Y allí ya no te escucho ni siento tu presencia. Entonces podemos hablar de Dios y obrar por Dios pero no te poseemos a tí que has venido de Dios y eres Dios, como LOGOS DE LA VERDAD.
Cuando escucho tu palabra tengo vida y cuando la como en la EUCARISTÍA tengo la vida eterna. Eterna porque estoy hoy en tí y mi vida se vuelve un hoy que me hace pleno en el tiempo. Más me acerco más me alejo y viceversa. Más gozo y menos hasta llegar al placer o al dolor como péndulo cósmico.
Por eso nos mandaste orar, es decir hablarte y esperar tu respuesta en nosotros. Sin cesar quiere decir: estar siempre en la realción o religación contigo que nos llamas a ello. Esto es ser religioso. El salmista nos lo enseña ciego en la fe por ciento cincuenta salmos.
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