jueves, 9 de febrero de 2012

DAME UNA PALMADITA

Ahora tú sabes como estoy ¡mi alma es como tierra seca que tiene sed de tí! Todo viene en contra como cuando hay aquí viento norte. Tú sabes lo que necesito para ser aquí. Parece todo lo que no es. Sin embargo ¡como gimen las palomas y clama el ave de la tarde! Aromas del estío me envuelven. En frente esta el sagrario donde estás sacramentado. Bastante soledad (no toda la que anhelo). No sé en qué punto estoy de la navegación hacia tí: el día oficial me oprime y evoco el día eterno ¡Debo poseerlo o mejor ser poseído! No sé que preocupación me aleja cuando de nada me preocupo. Adentro está el recuerdo de lo que no ha podido ser como debía y delante algo como la batalla del Apocalipsis: alguien hace frente como Goliat con su ejército.
Mas si respiro hondo y se aquieta el corazón parece que te siento. Hacia ti voy Señor: ¡ven a caminar conmigo!

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