viernes, 17 de febrero de 2012

LA FE QUE TE RESPONDE

Hablar contigo es una buena práctica. Un ejercicio de la fe, un despertador de la caridad que el Espíritu derrama en nuestros corazones. Tenemos ese derecho de hablarte que en realidad es responderte a lo que tú nos hablaste al llamarnos amigos. El cultivo de tal amistad que estableciste en el capítulo quince de San Juan es un deber. Porque el hecho de tu cercanía y compromiso con nosotros nos obliga a corresponderte. Es una obligación de amistad ¡Suenan tan claras y precisas tus palabras! DIXI VOS AMICOS
Me han acompañado todos estos años y han emparaisado mi tarea de profesor donde tú eras el tema de mi exposición y el ámbito de cercanía con las personas. Lo que ahora sucede me da perplejidad.Pero me lo explico así: después de la narración cristalina de Juan viene el APOCALIPSIS QUE MENCIONA LA BATALLA.
Yo por cierto no la quiero. Pero tú dijiste que de mayor otro me ceñirá e ire adonde no quiero. Simplemente hoy quiero corresponderte hablándote en cercanía. Que te reciba, que te dé hospedaje hoy y ahora. Y no hay más. Más no pido y ya me basta.

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