lunes, 11 de marzo de 2013

HOY TE NECESITO MÁS QUE NUNCA

todo lo que digo parece una habladuría A veces el que dice algo lo hace para creérselo. Tengo la suerte de haberlo empezado a mis treinta esto de hablarte, cuando tenía todo por delante y no tenía miedo como ahora. En efecto  sentía TU PRESENCIA o bien yo mismo me lo creía. Pero gastaba mucho de mi tiempo en vacar a la contemplación según aquel salmo VACATE ET VIDETE QUONIAM EGO SUM.
No es raro que vaciándose de las cosas   estemos en el ser. El Yo soy lo experimentaba del lenguaje: YO SOY QUIEN CONTIGO HABLO. Bueno me imaginé todo o me lo hizo imaginar el lenguaje. Nadie hoy podría reprocharme esto en plena totalidad del lenguaje.
Lo real es lenguaje y lo que éste perfila. Tu rostro se me fue dibujando al compás de Juan 14 y siguientes. El ritmo de tu voz quedaba grabado en mí ¿Qué menos en la atmósfera de la comunicación creciente que tú seas recibido cuando efectivamente has hablado por las declaraciones de tus evangelistas. Nadie puede olvidar el CONSUMMATUM EST ni el ven y sígueme. Tu voz ha creado en mí un mensaje y figura. A nadie extrañe hoy con el mare magnum de los mensajes.
Pero antes, cuando era niño sentía en mi una propensión a hablar, a hablarme. ¿Quien sino tú movías tal comunicación íntima desde más adentro que yo mismo.
Pues bien, hoy te necesito más que nunca y te invoco como si nunca te hubiera sentido cerca. El temor del final de mis días, la comprobación de que nada salió bien, el nuevo espectáculo del mundo pequeño del cual ya estoy excluido, la disipación de ilusiones, todo esto hace que me seas imprescindible ¿Qué mejor?
TÚ ME PEDISTE QUE PIDA Y ESO HAGO

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