sábado, 2 de agosto de 2014

NOS PERSIGUE HERODES

Arrojo mansamente mis dolores:
que entre dos luces hasta ti naveguen,
Señor de los dolores, porque lleguen
cruzando soledades entre flores

silvestres de los campos, entre alcores
sin nombre, porque al mismo tiempo rieguen
los bosquecillos y las hierbas sieguen,
y den de sus aromas los dulzores,

pedidos de salud hasta que quieras
y así respire el niño eternidades
y duren las verduras de las eras.

Y si a pedir me atrevo: por ciudades
do viven niños que por mentes hueras
padecen por el necio atrocidades.

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