miércoles, 27 de agosto de 2014

TÚ SEÑOR Y TU MADRE

Es gracia grande dirigirme a ti Señor ¡Y tengo motivos! Como el salmista el dolor y el temor me asaltan. Entonces clamo a ti apelando a tu misericordia. Que se cumpla tu voluntad pero ninguna otra y menos la de la ciega necesidad de la naturaleza vista por los estoicos. Que seas tú el responsable a nuestra vista y que el mundo no nos arrastre con sus vanos acontecimientos. La muerte sea la que tu venciste y nosotros estemos cabe ti bajo el calor de tu madre y nuestra.
Te pedimos tu presencia exclusiva porque perecemos en la oscuridad que en el mundo es claridad. Por mi enferma pido salud y acompañamiento de nuestra madre. Su familia necesita a su madre y a nuestra madre común.
Que sea hoy y siempre.

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