¡Que hermoso es escribirte aunque no tenga
hoy nada que pedirte mas que venga
el reino de tu Padre y Padre nuestro.
Hablarte en mi vacío es lo que intento
ni aún me importa el necesario estro
poético sino el sonar del viento
en soledad de soledad herido
buscando el no sé qué que acariciaba
mi juventud cuando salía al ejido
sintiendo que tu mano me tocaba.
Hoy pido ser aquel que entonces era
sin desviarme de la senda verdadera.
Quisiera así perderme sin testigo
por esos montes nada conocidos
sin oído a quien hablarle amigo,
quedando así ambos por hablar heridos.
Si tú me llamas como me llamaste
te pido lo que tuve y me quitaste.
Fue noble el ir y de otros aprendiendo
luego enseñar hallando las anuencias
y los dolores pues se van perdiendo
semillas por las fuertes afluencias
del mundo que es el dueño poderoso
y por el tiempo físico horroroso.
¡Oh vuélveme a la fuente del estarme
contigo como entonces junto al río
sin cosas que ya quieran controlarme,
pues me han quitado poco a poco el brío.
Perdí ya por mi edad el magisterio
y el mundo aún sorbió mi monasterio.
Estéril he quedado y combatido
no quiero la victoria a ti te quiero
ser simple ante tu faz oculto unido
a lo que has dado y das, austero
modesto mas de ti particionero.
hoy nada que pedirte mas que venga
el reino de tu Padre y Padre nuestro.
Hablarte en mi vacío es lo que intento
ni aún me importa el necesario estro
poético sino el sonar del viento
en soledad de soledad herido
buscando el no sé qué que acariciaba
mi juventud cuando salía al ejido
sintiendo que tu mano me tocaba.
Hoy pido ser aquel que entonces era
sin desviarme de la senda verdadera.
Quisiera así perderme sin testigo
por esos montes nada conocidos
sin oído a quien hablarle amigo,
quedando así ambos por hablar heridos.
Si tú me llamas como me llamaste
te pido lo que tuve y me quitaste.
Fue noble el ir y de otros aprendiendo
luego enseñar hallando las anuencias
y los dolores pues se van perdiendo
semillas por las fuertes afluencias
del mundo que es el dueño poderoso
y por el tiempo físico horroroso.
¡Oh vuélveme a la fuente del estarme
contigo como entonces junto al río
sin cosas que ya quieran controlarme,
pues me han quitado poco a poco el brío.
Perdí ya por mi edad el magisterio
y el mundo aún sorbió mi monasterio.
Estéril he quedado y combatido
no quiero la victoria a ti te quiero
ser simple ante tu faz oculto unido
a lo que has dado y das, austero
modesto mas de ti particionero.
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