TRISTIA
Me
embarga en esta tarde la tristeza
como
antes la nostalgia, no consientas
que
vuelva a suceder ¡oh tú que alientas
amores
y a las almas das pureza!
Hay
dos que son espejo, nunca empieza
la
vida para ellos pues sedientas
de
amor, de protección hoy van a tientas
y
se aman, sin embargo han sido presa
de
aquel separador que vence a tantos
que
ha dado contra mí la cruel batalla
que
arruina tu presencia y mil quebrantos
causó
y causará, mas no me calla
pues
te he llamado e imploro así en mil cantos
pues
yo he sabido que el que busca te halla.
¡Oh dame tú Señor esta victoria!
Que
en el orar sin pausa me ejercite
pues
esto da la gracia y ya no admite
que
se dilate más aquella historia
que ha sido ya y que vive en la memoria
en nuestras tardes de oro ¡no nos quite
el
homicida el claro a fin que habite
teniendo ya primicias de la
gloria,
que entonces encontré y me fue tan caro
el cielo de este valle, adonde adoro
la
eucaristía que me ha dado amparo
y en cuya cercanía ahora lloro
para
que sea lo que fue tan raro:
el
tiempo donde encuentran el tesoro.
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