viernes, 6 de enero de 2012

EN BUENA NOS HEMOS METIDO

       Estamos  en el cosmos que casi no es cosmos y en medio del mundo humano, enajenados en el fenomenal ruido de sus comunicaciones. Estoy casi desencantado de los hombres que escucho por la televisión, de quienes la miran y de todo lo periférico o epidérmico de ellos que me envuelve y oprime ¿Cómo pueden vivir pensando que es sustancial lo puramente  relativo? Porque sólo ven que el ser es ser percibido: lo que se percibe es real ¡Qué  imposible es el de la filosofía que conoce la esencia y el principio!
       El mundo objeto de todas las conversaciones y donde vuelan las palabras como pájaros en una jaula es un dogma insoportable Nadie espera, nadie espera el cielo, nadie habita en la tierra. El olvido de lo bello en sí  es general. Claro solo es Sócrates en el Symposio quien escucha a Diótima y si creen o no en la Revelación hablan solamente del mundo y a su ritmo.
       Ocurre Señor que yo poco lo he hecho y ahora ya no soporto nada más. No he encontrado aún aquella lira donde te decía: HABLA HABLA TÚ SOLO QUE YA NO QUIERO OIR OTRAS PALABRAS. Sin embargo sigo ansioso por comunicar ese no sé qué que se alcanza por ventura. No digamos, que casi desespero de que quienes amo te amen a tí y de lejos a las cosas.
       O vienen a ti y abandonan las cosas o me llamas a caminar contigo y soy lo que antes era en este valle esplendoroso: un peregrino de lo absoluto como dijo León Bloy, un poeta laudatorio del día donde TU ERES HOY.

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