martes, 17 de enero de 2012

TÚ NOS LLAMASTE

    Me duele, he de admitirlo, la existencia
    se desvanece sola sin que asistas,
    mi vida y le devuelvas hondas vistas,
    muy poco ahora me dará la ciencia.

   Lo que creía mío sin prudencia
   se ríe en contra mío e imprevistas,
   mas lógicas, jugadas son bienquistas
   por todos en el mundo. Tu presencia

  por todos ignorada me ha quedado.
  Yo solo permanezco con aquello:
  es cierto era muy raro y ha pasado

  como lejana Esqueria: lo más bello
  que gustaba y por el monte está bloqueado
  Vendrá con todo aquí el séptimo sello.

 

  Está la misma tarde están las aves,
  pues ellas hoy simulan tus moradas
  aquellas que nos diste preparadas
  y ellas tienen en estos bosques suaves.

  Por eso yo quería ermitas graves
      e ir subiendo orando por las gradas,
      las almas en tu gloria concentradas,
      abiertas por la fuerza de las llaves.

      Y estando todos juntos ya pagando
      al César lo que es suyo mientras tanto
      permaneciendo alertas y aguardando

      venidas del esposo en simple canto
      de vísperas y laudes y adorando:
      pastores con humilde y sabio llanto.

     Parece que era un bello y raro cuento
     con todo lo tenía en mi memoria
     Ya había sido origen en la historia
      y ahora fue no más que simple intento.

      Mis hijos no lo vieron y lamento
      que mi hija se escapara de la gloria
      para imitar al mundo y la ilusoria
      autonomía que es seguir al viento.

       ¡Tan corta que es la vida y la alabanza
       tan larga! Mas tan bello es el inicio
       de bien ganada bienaventuranza.

         Es corta es vana y pide el ejercicio
         feliz de la virtud y a la acechanza
         vencer del envidioso con el vicio.   

         Mas tú me escuchas y lo sabes todo
         Y todo lo sufriste mansamente.
          Por eso pediré del mismo modo
          que tú ofreciste y en mi mente
          navegaré ya en este tiempo pleno
          y pediré ser tuyo y sólo bueno.
          Y que se cumpla el fin de lo pensado
          pues nada es imposible si pedimos
          En tiempos que dispongas, lo pasado
          Lo puedes redimir y los opimos
          dones recuperar para los míos
          ¡y llénense estos bosques y los ríos!         

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