Me duele, he de admitirlo, la existencia
se desvanece sola sin que asistas,
mi vida y le devuelvas hondas vistas,
muy poco ahora me dará la ciencia.
Lo que creía mío sin prudencia
se ríe en contra mío e imprevistas,
mas lógicas, jugadas son bienquistas
por todos en el mundo. Tu presencia
por todos ignorada me ha quedado.
Yo solo permanezco con aquello:
es cierto era muy raro y ha pasado
como lejana Esqueria: lo más bello
que gustaba y por el monte está bloqueado
Vendrá con todo aquí el séptimo sello.
Está la misma tarde están las aves,
pues ellas hoy simulan tus moradas
aquellas que nos diste preparadas
y ellas tienen en estos bosques suaves.
Por eso yo quería ermitas graves
e ir subiendo orando por las gradas,
las almas en tu gloria concentradas,
abiertas por la fuerza de las llaves.
Y estando todos juntos ya pagando
al César lo que es suyo mientras tanto
permaneciendo alertas y aguardando
venidas del esposo en simple canto
de vísperas y laudes y adorando:
pastores con humilde y sabio llanto.
Parece que era un bello y raro cuento
con todo lo tenía en mi memoria
Ya había sido origen en la historia
y ahora fue no más que simple intento.
Mis hijos no lo vieron y lamento
que mi hija se escapara de la gloria
para imitar al mundo y la ilusoria
autonomía que es seguir al viento.
¡Tan corta que es la vida y la alabanza
tan larga! Mas tan bello es el inicio
de bien ganada bienaventuranza.
Es corta es vana y pide el ejercicio
feliz de la virtud y a la acechanza
vencer del envidioso con el vicio.
Mas tú me escuchas y lo sabes todo
Y todo lo sufriste mansamente.
Por eso pediré del mismo modo
que tú ofreciste y en mi mente
navegaré ya en este tiempo pleno
y pediré ser tuyo y sólo bueno.
Y que se cumpla el fin de lo pensado
pues nada es imposible si pedimos
En tiempos que dispongas, lo pasado
Lo puedes redimir y los opimos
dones recuperar para los míos
¡y llénense estos bosques y los ríos!
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