viernes, 3 de junio de 2011

DEJA QUE TU ABISMO BELLO SONDE

Literatos muy importantes del siglo veinte y santos benefactores se dirigen a Dios como una hipótesis para andar por laberintos o para probar con acciones de solidaridad con los marginados en un momento dado. Y tú nos confías que has sido enviado por el Dios que habló a Abrahán y al cual llamas tu Padre y nuestro Padre. Tú derramas la gracia íntima de la Trinidad de Personas  sobre nosotros y pides al Padre, antes de ir al Calvario, que esté en tí y tú en nosotros y haces con nosotros familia. Y sin embargo la así llamada cultura literaria o la acción política te confina al ámbito privado de la religión católica, facil de desacreditar por submodernos justicieros.
Sólo lo puedo creer ,como ayer decía, por mi propia negligencia para escucharte y recibirte. Te expulso para adelante del tiempo sin querer admitir que TU ERES HOY PARA MÍ  y me esperas como un amigo a otro. No es que estés tú alla y yo acá ¿Adonde no estarás? como dice Agustín ¿Adónde te buscaré que no estés? Y el himno de Pablo a los de Colosas  pone todo el universo en tí, en el Verbo. Pero desde que tú dices que has querido morar en mí y has abierto en la Pascua ese claro de gracia yo ya te poseo. De lo contrario la palabra de tu cruz no alcanzaría su realización. Hoy leía aquello del fracaso de la cruz y comprobaba cuán extendido está el poder de confusión del calumniador al engañar a quienes quieren ser buenos: dicen que no se ha realizado lo que has comunicado ¡cómo si fueras simple hombre y no es mismo SER!
   El punto está en amarte a tí y recibirte (como recibimos un amigo en ocasiones y a tí siempre) ¡Cada día te ofreces en la eucaristía! Y a quien recibe tu palabra lo acompañas en las horas de su día incluyéndolo en tu día. Pero si hacia tí se vuelve le permites QUE TU ABISMO BELLO SONDE.
  En la cercanía me llamas y yo me fijo en tí, me remanso, simplemente y  lleno de tí, junto a un árbol, caminando por las calles de mi villa, frente a mis sierras crepitantes de luz, bajo este cielo purísimo, tú haces que en lo pequeño vaya echando la sonda en lo infinito de tu ser. Muy simple, muy mansamente sobre la tierra, muy cercano a tu madre, que en tí, su hijo, al cual llevó en brazos, adora a Dios. Misterio de cercanía, misterio de intimidad, misterio de Nazaret.
  Tu abismo se ha hecho vado por donde paso a tí que me llamas. Puedo escucharte ahora un poco mas en mi memoria están grabadas mis respuestas cuando mas docilmente caminaba contigo en recordadas tardes de mi profesorado. Hoy me llamas adonde me llamaste desde un comienzo: a la intimidad del infinito hogar. Y parece haber un ejército adverso en el camino. En cuanto he querido avanzar hacia el interior encuentro un obstáculo que se muestra insalvable. Pero, claro está, sin tí no puedo ir hacia tí. Si quiero yo avanzar por mí eso resulta. Camino sobre el agua y me hundo.
  Tengo la Noche oscura de San Juan de la Cruz como testimonio, tengo el Cántico como camino (siempre lo he tenido) y tengo la memoria de cuando me dejabas QUE EL BELLO ABISMO SONDE
  Sé que te tengo a tí  pero quien decepciona a todos, amenaza para que no crea que buscando se encuentra, pidendo se recibe y llamando se entra. LO QUE PIDIERE EN TU NOMBRE TÚ LO HARAS: A TÍ SEÑOR, A TÍ SÓLO QUIERO.

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